Ana Belén Montiel MartínezMª Rosario Pérez GonzálezBeatriz Rodríguez BenitoIES CistiernaCRA Bustillo del Páramo. León (autoras de este artículo)
"Desde hace unos veinte años, algunos países europeos están utilizando la milenaria técnica de los mandalas en ambientes educativos y de rehabilitación. Marie Prévaud (1935-) ha sido la pionera en este campo. En la escuela española se desconocen totalmente la importancia de los mandalas y sus múltiples beneficios.
Pero, realmente, ¿qué es un mandala? El mandala, palabra sánscrita cuyo significado literal es círculo -bindu-, es una representación simbólica y arquetípica del universo según la antigua cosmología budista. Está constituida por un conjunto de figuras y formas geométricas concéntricas; representa las características más importantes del universo y de sus contenidos para fomentar la concentración de la energía en un solo punto durante la meditación.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen ancestral en la India -imágenes y meditaciones budistas-, pero pronto se propagaron en las culturas orientales, entre los indígenas de América y los aborígenes de Australia. La mayoría de las culturas
poseen configuraciones mandálicas, frecuentemente con intención espiritual: la ‘mandorla’ -almendra- del arte cristiano medieval; ciertos ‘laberintos’ en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral de las mismas iglesias góticas…
En la cultura occidental, fue Carl G. Jüng (1875-1961), eminente psiquiatra suizo, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. Según señaló, “los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente”. “El mandala es una forma arquetípica”, de ahí que aparezca en diferentes culturas lejanas entre sí; la comprensión del arquetipo puede resultar curativa.
Los mandalas pueden ser utilizados para la meditación. Según la Psicología psicoanalista, representa al ser humano. Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará centro y la sensación de calma en medio de las tormentas.
El trabajo con mandalas puede consistir en la observación, en su dibujo o en colorearlos. El coloreado del mandala puede ser realizado por todo el mundo, niños o adultos, sepan o no dibujar. Cada uno escoge los colores en función de su estado de ánimo, la intensidad del color, los diferentes materiales para colorear -acuarela, tintas, rotuladores, lápices de colores, etc.- A la hora de pintar, se respetará la dirección con la que se empezó y se pintará hasta que se considere
que el mandala está terminado. Hay técnicas variadas, todo dependerá del estado de ánimo y de lo que se desea que el mandala transmita. Si se necesita ayuda para exteriorizar las emociones, se deben colorear de adentro hacia fuera; si se desea buscar el propio centro, se pintará de afuera hacia adentro. Siguiendo a Piaget, Wallon y Erikson, entre otros, el niño pasa por varios estadios de desarrollo hasta convertirse en adolescente y finalmente adulto. No hay homogeneidad en las clasificaciones, pero sí en la denominación de tres fases de desarrollo: infancia, niñez, adolescencia. Son tres tipos de inteligencia distintas, tres maneras de abordar la realidad. Para Jean Piaget (1896-1980), prestigioso psicólogo conductista, todo el desarrollo de la inteligencia está en un proceso de estimulación entre los dos aspectos de la adaptación al medio, la asimilación y acomodación. Cuando un niño nace, dispone de una capacidad de desarrollo de potencial intelectual. El hecho de que pueda llegar más o menos lejos va a depender básicamente del esfuerzo que él haga, pero este esfuerzo va a estar condicionado por los estímulos que les ofrezca su entorno. La rapidez del avance, a través de los períodos de desarrollo de la inteligencia, está influida por el entorno sociocultural, aun cuando el orden de los estadios o
fases permanezca inalterado. La mejor ayuda al desarrollo del niño es un medio ambiente que le estimule, que le resulte atractivo y gratificante.
Para Henri Wallon (1879-1962), psicólogo neoconductista y afamado neurólogo, la evolución es un proceso más discontinuo, con crisis y saltos apreciables, y tiene un enfoque más pluridimensional. En la mayoría de los casos, la pintura puede tener un efecto preventivo, ya
que por medio de ella los niños aumentan la conciencia de sí mismos y pueden superar las crisis de su desarrollo con mucha más facilidad. Para el psiconanalista norteamerciano Erik Erikson (1902-1994), el desarrollo se basa en los aspectos psicosociales del proceso evolutivo humano, la vida gira en torno a la persona y el medio. Cada etapa es avance o regresión de otras etapas.
Al hablar de inteligencia, hablamos también de creatividad infantil; en la escuela habrá que tener en cuenta que ésta se manifiesta y fomenta por medio de actividades expresivas; básicamente, a través de la expresión dinámica -actividades lúdicas, el juego- y de la expresión plástica-dibujo, pintura-.
Sin descuidar la primera, vamos a centrarnos en la segunda de las acepciones, introduciendo los mandalas como instrumento educativo para fomentar y desarrollar la creatividad en el aula mediante el dibujo y la pintura, con un triple objetivo:
- Ámbito cognoscitivo: Desarrollar la fluidez, flexibilidad y originalidad
en las ideas del niño.
- Ámbito afectivo y social: Desarrollar actitudes creativas frente a
distintas situaciones que se le presenten.
- Ámbito psicomotor: Favorecer que el niño se exprese de forma
creativa con el uso de distintas técnicas plásticas.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, la introducción de los mandalas en la escuela deberá hacerse no sólo desde el área de Educación Plástica, sino como forma de expresión entroncada en todo el currículo oficial de la Educación Primaria. Los mandalas ayudarán a
la formación de la inteligencia, del razonamiento, del control y dominio del cuerpo; todo ello desde un prisma de predominio del pensamiento divergente o creativo.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen ancestral en la India -imágenes y meditaciones budistas-, pero pronto se propagaron en las culturas orientales, entre los indígenas de América y los aborígenes de Australia. La mayoría de las culturas
poseen configuraciones mandálicas, frecuentemente con intención espiritual: la ‘mandorla’ -almendra- del arte cristiano medieval; ciertos ‘laberintos’ en el pavimento de las iglesias góticas, los rosetones de vitral de las mismas iglesias góticas…
En la cultura occidental, fue Carl G. Jüng (1875-1961), eminente psiquiatra suizo, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. Según señaló, “los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente”. “El mandala es una forma arquetípica”, de ahí que aparezca en diferentes culturas lejanas entre sí; la comprensión del arquetipo puede resultar curativa.
Los mandalas pueden ser utilizados para la meditación. Según la Psicología psicoanalista, representa al ser humano. Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará centro y la sensación de calma en medio de las tormentas.
El trabajo con mandalas puede consistir en la observación, en su dibujo o en colorearlos. El coloreado del mandala puede ser realizado por todo el mundo, niños o adultos, sepan o no dibujar. Cada uno escoge los colores en función de su estado de ánimo, la intensidad del color, los diferentes materiales para colorear -acuarela, tintas, rotuladores, lápices de colores, etc.- A la hora de pintar, se respetará la dirección con la que se empezó y se pintará hasta que se considere
que el mandala está terminado. Hay técnicas variadas, todo dependerá del estado de ánimo y de lo que se desea que el mandala transmita. Si se necesita ayuda para exteriorizar las emociones, se deben colorear de adentro hacia fuera; si se desea buscar el propio centro, se pintará de afuera hacia adentro. Siguiendo a Piaget, Wallon y Erikson, entre otros, el niño pasa por varios estadios de desarrollo hasta convertirse en adolescente y finalmente adulto. No hay homogeneidad en las clasificaciones, pero sí en la denominación de tres fases de desarrollo: infancia, niñez, adolescencia. Son tres tipos de inteligencia distintas, tres maneras de abordar la realidad. Para Jean Piaget (1896-1980), prestigioso psicólogo conductista, todo el desarrollo de la inteligencia está en un proceso de estimulación entre los dos aspectos de la adaptación al medio, la asimilación y acomodación. Cuando un niño nace, dispone de una capacidad de desarrollo de potencial intelectual. El hecho de que pueda llegar más o menos lejos va a depender básicamente del esfuerzo que él haga, pero este esfuerzo va a estar condicionado por los estímulos que les ofrezca su entorno. La rapidez del avance, a través de los períodos de desarrollo de la inteligencia, está influida por el entorno sociocultural, aun cuando el orden de los estadios o
fases permanezca inalterado. La mejor ayuda al desarrollo del niño es un medio ambiente que le estimule, que le resulte atractivo y gratificante.
Para Henri Wallon (1879-1962), psicólogo neoconductista y afamado neurólogo, la evolución es un proceso más discontinuo, con crisis y saltos apreciables, y tiene un enfoque más pluridimensional. En la mayoría de los casos, la pintura puede tener un efecto preventivo, ya
que por medio de ella los niños aumentan la conciencia de sí mismos y pueden superar las crisis de su desarrollo con mucha más facilidad. Para el psiconanalista norteamerciano Erik Erikson (1902-1994), el desarrollo se basa en los aspectos psicosociales del proceso evolutivo humano, la vida gira en torno a la persona y el medio. Cada etapa es avance o regresión de otras etapas.
Al hablar de inteligencia, hablamos también de creatividad infantil; en la escuela habrá que tener en cuenta que ésta se manifiesta y fomenta por medio de actividades expresivas; básicamente, a través de la expresión dinámica -actividades lúdicas, el juego- y de la expresión plástica-dibujo, pintura-.
Sin descuidar la primera, vamos a centrarnos en la segunda de las acepciones, introduciendo los mandalas como instrumento educativo para fomentar y desarrollar la creatividad en el aula mediante el dibujo y la pintura, con un triple objetivo:
- Ámbito cognoscitivo: Desarrollar la fluidez, flexibilidad y originalidad
en las ideas del niño.
- Ámbito afectivo y social: Desarrollar actitudes creativas frente a
distintas situaciones que se le presenten.
- Ámbito psicomotor: Favorecer que el niño se exprese de forma
creativa con el uso de distintas técnicas plásticas.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, la introducción de los mandalas en la escuela deberá hacerse no sólo desde el área de Educación Plástica, sino como forma de expresión entroncada en todo el currículo oficial de la Educación Primaria. Los mandalas ayudarán a
la formación de la inteligencia, del razonamiento, del control y dominio del cuerpo; todo ello desde un prisma de predominio del pensamiento divergente o creativo.
1. Mandalas infantiles como estímulo al aprendizaje.
O. K. Moore ha demostrado que cualquier niño es capaz de alcanzar un nivel de rendimiento notable si se le confronta con los estímulos necesarios. Los mandalas suponen un estímulo motivador para cualquier aprendizaje del currículo de Educación Primaria.
2. Mandalas infantiles como medio de expresión.
A través del dibujo, del color, el niño se expresa. Expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, desde los primeros garabatos, a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas
desarrollando con ello su psicomotricidad.
3. Mandalas infantiles como medio de comunicación.
El niño utiliza los recursos de la Expresión Plástica para desarrollar procesos de comunicación, tanto más ricos cuanto más lo sea el medio y los recursos que le estimulen y le orienten. A través de formas y colores utilizados con una u otra intención, el niño busca comunicarse con los demás, comunicar su interpretación de la realidad, proyectar sus impresiones. A través de las imágenes
de sus dibujos, el niño intenta comunicar a sus interlocutores la realidad de un mundo interno que necesita compartir con los demás.
O. K. Moore ha demostrado que cualquier niño es capaz de alcanzar un nivel de rendimiento notable si se le confronta con los estímulos necesarios. Los mandalas suponen un estímulo motivador para cualquier aprendizaje del currículo de Educación Primaria.
2. Mandalas infantiles como medio de expresión.
A través del dibujo, del color, el niño se expresa. Expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, desde los primeros garabatos, a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas
desarrollando con ello su psicomotricidad.
3. Mandalas infantiles como medio de comunicación.
El niño utiliza los recursos de la Expresión Plástica para desarrollar procesos de comunicación, tanto más ricos cuanto más lo sea el medio y los recursos que le estimulen y le orienten. A través de formas y colores utilizados con una u otra intención, el niño busca comunicarse con los demás, comunicar su interpretación de la realidad, proyectar sus impresiones. A través de las imágenes
de sus dibujos, el niño intenta comunicar a sus interlocutores la realidad de un mundo interno que necesita compartir con los demás.
4. Mandalas infantiles como medio de producción.
Desde los garabatos, los remolinos o las esferas, a las producciones de mandalas más elaboradas, el niño va evolucionando en su creatividad productiva y habilidad psicomotriz. En un análisis de la producción gráfica, Arnheim observa que los ángulos sustituyen a curvas, la continuidad a la discontinuidad, comenzando por el uso de figuras esféricas para pasar después a trazos rectos. La producción plástica deberá ser tenida en cuenta como una faceta importante del desarrollo integral del niño en todas las edades.
5. Mandalas infantiles como técnica de relajación.
Ante un problema, un adulto puede verbalizarlo. Un niño se relajará utilizando un tipo de expresión no verbal, ya que no sabe expresar con palabras sus sentimientos. En niños introvertidos y con tendencia al aislamiento, la actividad creativa de los mandalas es muy útil.
Tradicionalmente, la educación es analítica, todo tiene una relaciónde causa a efecto, los procesos siguen una lógica definida. Con ello se trabaja casi en exclusiva el hemisferio cerebral izquierdo, que procesa la información verbal, codifica y decodifica el habla. Se ha dado muy poca importancia al hemisferio cerebral derecho, que se dedica a la síntesis y combina las partes para formar un todo. La expresión en este hemisferio no es verbal, sino por imágenes. Actualmente se dedica más tiempo a la expresión plástica, a la creatividad y a la expresión artísticas. Trabajar la educación artística de forma sistemática es abrir al niño a un mundo en el que la fantasía y la percepción multisensorial serán para él nuevas posibilidades de enriquecimiento y de expresión.
6. Como medio de superación de situaciones emocionales negativas - fobias, ansiedad, temores nocturnos, acosos escolares, experiencias traumáticas-.
Desde los garabatos, los remolinos o las esferas, a las producciones de mandalas más elaboradas, el niño va evolucionando en su creatividad productiva y habilidad psicomotriz. En un análisis de la producción gráfica, Arnheim observa que los ángulos sustituyen a curvas, la continuidad a la discontinuidad, comenzando por el uso de figuras esféricas para pasar después a trazos rectos. La producción plástica deberá ser tenida en cuenta como una faceta importante del desarrollo integral del niño en todas las edades.
5. Mandalas infantiles como técnica de relajación.
Ante un problema, un adulto puede verbalizarlo. Un niño se relajará utilizando un tipo de expresión no verbal, ya que no sabe expresar con palabras sus sentimientos. En niños introvertidos y con tendencia al aislamiento, la actividad creativa de los mandalas es muy útil.
Tradicionalmente, la educación es analítica, todo tiene una relaciónde causa a efecto, los procesos siguen una lógica definida. Con ello se trabaja casi en exclusiva el hemisferio cerebral izquierdo, que procesa la información verbal, codifica y decodifica el habla. Se ha dado muy poca importancia al hemisferio cerebral derecho, que se dedica a la síntesis y combina las partes para formar un todo. La expresión en este hemisferio no es verbal, sino por imágenes. Actualmente se dedica más tiempo a la expresión plástica, a la creatividad y a la expresión artísticas. Trabajar la educación artística de forma sistemática es abrir al niño a un mundo en el que la fantasía y la percepción multisensorial serán para él nuevas posibilidades de enriquecimiento y de expresión.
6. Como medio de superación de situaciones emocionales negativas - fobias, ansiedad, temores nocturnos, acosos escolares, experiencias traumáticas-.
Mientras se pinta, en el subconsciente desaparecen los problemas, porque nos encontramos en un estado de total relajación y concentración. Las respuestas de reacción a estados emocionales negativos van desapareciendo y poco a poco se transforman. Para el niño pintar o crear mandalas puede ser un medio de autoterapia. Por todo ello, como docentes consideramos que no sólo no se debe desdeñar la importancia de los mandalas como un primordial instrumento educativo de gran valor psicopedagógico, sino que recomendamos su práctica en las escuelas, a todos los niveles y desde todas las áreas."
Yo empecé a utilizar las mandalas el año pasado con un grupo de niños/as de 5 años bastante movido, y la verdad es que les encantaba pintarlas, les tranquilizaba mucho. A ver si cuelgo en mi blog las que tengo...
ResponderEliminarHola Ester, voy a poner yo tambié un acceso directo a las que tengo y así las ves! Un besazo
ResponderEliminar¡Muy bueno este post!
ResponderEliminarhttp://totalmandala.blogspot.com/